martes, 17 de febrero de 2009

Vuelta de hoja

He llegado a una conclusión: no me puedo enamorar. Es duro decirlo y más duro todavía es sentirlo. Sin embargo, es la pura realidad. Todo el daño sufrido, todas las lágrimas vertidas, todo el amor que expiró, se han convertido en el férreo obstáculo a mi corazón.

Veo chicas sí, y me gustan también, pero no me llegan. No entran en mi corazón sino que se quedan en mi mente. No soy capaz de volver a ser esa persona irracional dominada por el amor, ahora sólo soy una persona dominada por la razón de la mente. Quién sabe si en un futuro, conseguiré curar del todo mis heridas para dar paso a algo mejor (o todavía peor).

No deja de ser paradójico que, aún habiéndome desprendido de ti y de tu persona, mi corazón siga sufriendo los destrozos de aquellos tiempos y sea incapaz de recuperarse y seguir adelante. Pero tengo fuerza de voluntad y sé que, tarde o temprano, mi corazón volverá a palpitar por una persona especial, una persona que vuelva a sacar lo irracional de mi ser.

Mientras tanto, sentarse a esperar con los brazos cruzados ya no es una opción válida. Se acabó perder el tiempo, no tiene sentido que no disfrute por el mero hecho de que TU me hayas hecho esto.

Se acabó.

lunes, 16 de febrero de 2009

La ventana

Allí estaba, sentada en la ventana frente al vacío.

Mi mundo pareció dar la vuelta en ese mismo instante. No, no estaba bien y era por mi culpa. Un nudo me subió a la garganta y el corazón me palpitaba de tal forma que pensé que iba a estallar. Pero aunque yo era el problema, no se trataba de mí sino de ELLA. Tenía que conseguir que bajara, que pusiera fin a este pequeño delirio.

¿Cómo iba a lograrlo? "Diciendo la verdad", me dijo esa vocecilla de mi interior. "Imposible" me contesté mentalmente a mí misma. En efecto, la solución era esa, cogerla de la mano y decirle que la amaba más que a nadie, que estaba completamente enamorada de ella. Sin embargo, y pese a la desesperación que me invadía, sabía que no iba a poder hacerlo. Si lo hacía luego tendría que asumir las consecuencias ya que ella sentía lo mismo que yo, por eso estaba ahí subida, y yo no estaba preparada para semejante locura en mi vida. Toda la vida absorbiendo que "esto" que me pasa a mí con ella es una enfermedad, que el deber de toda chica decente es buscarse un chico guapo y exitoso, y al final resulta que yo soy la "enferma".

Pero diserciones a parte, tenía que actuar. Y al final me decanté por una verdad a medias, sin involucrarme demasiado pero diciendo lo suficiente para apartarla de su intención. Sí, soy despreciable y egoísta. Sé a ciencia cierta que aquellas palabras las dije, por un lado, para protegerme y, por otro, para salvarla, aún sabiendo que cualquier cosa que dijera la iba a dañar más. Pero no podía permitirme perdela y menos por mi causa. Egoísta, cobarde y despreciable.

"Eres mi vida, no soportaría perderte." Una verdad condicionada por mi cobardía para vivir la vida y el amor que en realidad me correspondían.

lunes, 2 de febrero de 2009

La nocividad del amor

- ¿Alguna vez has amado tanto a alguien hasta dolerte?

- Lo cierto es que no. Ya sabes que el amor no es lo mío. No concibo el dolor por el mero hecho de amar demasiado a una persona. ¿A ti si te ha pasado?

- Una vez...

- ¿Qué se siente al amar de esa manera a alguien?

- Una sensación de desesperación y dolor inunda cada segundo de los días. Pero todo ese dolor, a pesar de que lo sientes y que eres consciente de él, lo justificas con el inmenso sentimiento de amor que brota en tu interior. Creía que el amor movería montañas, secaría océanos o neutralizaría el hambre del mundo... Pensaba que cualquier milagro que se me pudiera ocurrir, lo lograría conseguir sólo con mi amor...

- Entonces...¿cómo acaba todo esto? Porque parece obvio que un sentimiento así de dañino no puede durar mucho tiempo en una persona cuerda, a no ser que la persona deje de estar cuerda y el sentimiento perdure para siempre.

- Yo sólo puedo hablarte desde mi propia experiencia, cuando levanté un pie hacia el otro lado de la línea de la cordura para apoyarlo en la locura más completa. Por suerte, retiré el pie, no sin cierta ayuda, lo suficientemente rápido para que apenas queden secuelas.

- ¡Joder! Y yo que pensaba que el amor era malo por el simple hecho de que te mantenía atado a una persona, convirtiéndote en un ser dependiente y débil, ahora sí que puedo afirmar que el amor es una enfermedad.

- No creo que sea una enfermedad... Pero está claro que el amor es el sentimiento que más daño puede hacer a uno mismo. Incluso más que el odio, que no deja de ser un déficit de amor y por lo tanto también relacionado con el mismo. El amor vuelve loca a la gente, crea obsesiones, crea amargura, crea dolor...

- ¿Por qué la gente busca el amor por todas partes?

- Es sencillo, porque pese a todo lo nocivo que puede resultar es en realidad la verdadera fuente de felicidad del mundo. Y eso es lo que busca la gente, ser feliz.