lunes, 27 de julio de 2009

Lector de mentes

¿Cuánto dolor nos ahorraríamos cada uno de nosotros si fuésemos capaces de leer mentes?

Es cierto que, si pudiéramos leer la mente, nos llevaríamos muchos chascos y decepciones. Pero provendrían de personas que acabamos de conocer y que, gracias a leer su mente, ya no sentiremos la necesidad de conocerlos.

Con aquellas personas con las que, en mayor o menor medida, se tiene una interacción sólida y habitual, no deberíamos tener sorpresas y, si las tenemos, podríamos anticiparnos a ellas. Traciones, decepciones, desilusiones, mentiras, engaños... Los habrá siempre, no se pueden erradicar. Pero, si por lo menos pudiéramos saber que piensan los demás, no tendríamos la incertidumbre de qué va a pasar y cuándo va a pasar.

sábado, 25 de julio de 2009

Antes de dormir

Apagué la luz, me recosté sobre la almohada y apreté los ojos intentando dormir. No quería pensar. No quería recordar.

Los esfuerzos fueron en vano, no conseguía dormir. Inevitable e irremediablemente viniste a mi mente y con ello un mar de recuerdos y pensamientos. Intenté poner orden en esa marea de pensamientos, hilar algo de coherencia y sensatez.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al recordar los últimos momentos contigo, seguido de un inmediato deseo de tenerte cerca. Intenté apartarlo de mi mente, pensar en otra cosa. Encendí la luz, cogí el libro de la mesita y empecé a leer. Funcionó. Me sumergí en un mundo de ficción, donde mis problemas desaparecían. Al rato me entró sueño así que apagué de nuevo la luz y volví a cerrar los ojos.

Poco a poco mis pensamientos van adquiriendo forma y coherencia. Sin embargo, yo no tengo los hilos de la situación. Ojalá los tuviera.

sábado, 18 de julio de 2009

Nightlife

Cientos de cuerpos a mi alrededor se balancean al son de la música. Cuerpos desesperados por sentir el contacto humano que tanto necesitan; un roce con aquella persona a la que se mira.

Es curioso como cambien las cosas de un país a otro, incluso en una discoteca. La forma de bailar es totalmente diferente a la española. Aquí hay que bailar con alguien, se conozca o no a ese alguien. El roce es esencial, los cuerpos se juntan hasta formar uno solo moviéndose al ritmo marcado por la melodía.

Entre los cientos de cuerpos, de personas, ninguno era el tuyo. Intenté olvidarlo, no pensarlo; no sabía que iba a resultar tan dificil. Me dejé llevar por el ritmo, inundando mis pensamientos solo con la melodía y no pensar en nada, solo dejarme llevar. La gente bailaba conmigo y yo bailaba con la gente. Es increíble lo fácil que es aquí hacer esto, con la vergüenza que se pasa en España.

Lástima que lo bueno acabara pronto, tan pronto que ni siquiera empezó. El próximo jueves, más y mejor.

jueves, 9 de julio de 2009

One day, I had a dream...

No se por que estoy escribiendo, me prometi no hacerlo. No queria escribir porque, ahora que conoces esto, te estoy dando via libre a mi cabeza y a lo que pienso. Y no es justo, porque yo no tengo ni idea de lo que pasa por la tuya. Pero resulta que no tengo papel y tengo demasiadas cosas que escribir. Y hoy, al despertarme, sabia que tenia que hacerlo o explotaria.

El porque es muy sencillo. Hoy, por primera vez desde que llegue, he sonyado. No es raro, a estas alturas, que aparecieras en el. Estabas aqui, en San Francisco, haciendo un curso tambien. Nos encontrabamos por casualidad, sin que la una supiera que la otra estaba alli. Ha sido como verte en la realidad, igual de duro pero a la vez reconfortante. Ibas con ropa nueva, la que te compraste ayer y mi cabeza imagino. La situacion, creo recordar, era mas o menos la misma que la que despedi en Madrid y, como en Madrid, al final del dia quedamos en encontrarnos en una calle perdida de esta bonita ciudad. Incluso sabiendo que no era real, un cosquilleo ha recorrido mi estomago. Me he despertado sin darme tiempo a verte esa segunda vez.

Y entonces, la realidad me ha aplastado contra el suave colchon de la cama de mi habitacion. No se que esta pasando y no se que va a pasar, es una incertidumbre que es dificil de llevar. Hay silencio y, cuando hay silencio, es porque hay algo que no se quiere decir. Prefiero saberlo, al silencio.

sábado, 4 de julio de 2009

¿Y ahora qué?

Una fuerte opresión en el pecho y otra en el estómago, es el resultado de esta semana de locura y consecuencia de mi próximo viaje...

Durante esta semana se ha abierto la caja de pandora. Pero por encima de todo, yo siempre recordaré una noche, una noche con la que había soñado desde hace unos meses. Me acosté un poco rayada, pero con una sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, como todo lo bueno, duró muy poco.

Ahora no sé que va a pasar, sinceramente creo que saldré perjudicada, pero ya no puedo mirar hacia otro lado. ¿Cómo voy a mirar hacia otro lado? Me voy a San Francisco sí, pero eso no hará que mi cabeza se desplace lo más mínimo. De qué sirve que intente olvidarte durante el verano si sé que cualquier tía que vea la compararé contigo, que oleré tu colonia cuando alguien pase con prisas por mi lado... No, no puedo hacerlo.
Sé que puedo esperar, pero no sé a qué estoy esperando. A veces, como en la citada noche, me parecía que tenías las cosas bastante claras por todo lo que dijiste, pero al día siguiente todo da la vuelta y te veo más lejos de mí, cayendo sobre papel mojado lo de la noche anterior.

Me voy mañana y me voy con un equipaje extra que no se puede guardar en maletas. Yo, que nunca rezo, ahora me parece la mejor opción. Rezar para que cuando te vuelva a ver, tengas las cosas claras y que eso me beneficie. Para poder seguir quedando contigo, para poder seguir hablando contigo y esperar todos los días a que eso pase, para recibir un mensaje en el móvil y desear que seas tú.
Sin embargo cabe la posibilidad, bastante grande, de que esto se haya acabado para siempre. Que decidas seguir con tu vida y dejarme fuera de ella, que no hablemos ni quedemos porque eso podría volver a complicar las cosas...

Sé lo que quiero, y que quiero luchar por ello, pero no tengo ni idea de cómo hacerlo.

jueves, 2 de julio de 2009

Game Over

Ayer dije algo, aseguré que me alejaría, que me quitaría de en medio. Pero, ¿cómo voy a hacer algo que en realidad no quiero hacer? Creo que eso es lo que quiere, que me quite de en medio, que no le complique más su vida.

No obstante, es tan difícil desaparecer sin más, eliminar todo lo que hay...

No sé donde estaba yo cuando repartieron la suerte, pero desde luego, no me tocó ni de refilón.