martes, 20 de enero de 2009

Su olor...

Hacía meses que no la veía, pero ayer nos volvimos a encontrar. Me acerqué a saludarla tímidamente y al darle dos besos un olor, su olor, inundó todos mis sentidos sacando a relucir miles, millones de recuerdos.

Cuando venía a hablar y estar conmigo entre clase y clase; cuando quedábamos para salir de clase con cualquier excusa y estar cinco o diez minutos más juntas; cuando me abrazaba cuando yo me sentía mal o débil; cuando yo la abrazaba y ella me lloraba en el hombro de tristeza,pedo o felicidad; cuando estábamos en su habitación hablando y haciendo gilipolles; y por fin, cuando estábamos juntas en la cama, envueltas en abrazos llenos de inocencia y secretismo, en besos en la mejilla de castidad y contención; en caricias de prejuicios y miedo...

Por suerte, todo lo que me trajo su olor fueron recuerdos. No reavivó sentimientos, no hizo que mi corazón pegara un bote. Activó la mente y no el corazón...la diferencia es sustancial.

miércoles, 14 de enero de 2009

¿Amistad o amor?

¿Cuál es el momento en que la amistad se hace a un lado para dejar paso al amor?

¿Dónde está el límite entre ambos sentimientos?


¡Se busca la respuesta!

domingo, 11 de enero de 2009

"Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro. Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo " (Otto, Los amantes del Círculo Polar)

Hoy se cerró un gran círculo de mi vida. Ahora que se ha cerrado, he comprendido que no podía hacerse de otra manera. Las cosas hay que decirlas, porque sino se te agarran y te comen por dentro como si fueran un parásito.

Ahora... ¡me queda esperar a la casualidad de mi vida!

jueves, 8 de enero de 2009

Último amanecer

Los primeros rayos de sol se colaron en la blanca habitación iluminándole como a una diosa. Yo yacía a su lado, despierta, incapaz de dormir. No podía perder ni un segundo de mi tiempo con ella, no sabíamos cuanto iba a durar.

Su frágil rostro no expresaba todo el dolor y sufrimiento que llevaba en su interior.Tenía ganas de besarle, de rodearle con mis brazos y susurrarle al oído que todo iba a ir bien. Pero su endeble cuerpo decía justo lo contrario.

Sus párpados se abrieron unos milímetros permitiéndome observar sus preciosos ojos. Vidriosos y negros, me gritaban todo lo que su garganta no podía decir. El nudo de mi estómago se volvió a tensar dificultándome la respiración. No me había separado de su lado ni un solo dia, ni una sola noche. Sus labios se abrieron lentamente para poder hablar, pero de su garganta no salió más que un débil susurro ininteligible.

- Cariño, estoy aquí,a tu lado. No me voy a mover de tu lado. Si tú te vas yo me voy contigo.

Noté el frío roce de nuestras manos cuando ella cogió la mía. Era su manera de agradecer mis palabras, de sentirse un poco más viva.
De repente sus ojos se tornaron inexpresivos. Intenté hundirme en su mirada pero detrás de esos ojos ya no quedaba vida.

Las lágrimas inundaron mis ojos y cayeron por mis mejillas. No concebía el mundo sin ella, sin mi alma gemela. Me aferré a su rígido y frío cuerpo susurrando:

- Te lo dije...Si tú te vas, yo me voy contigo...

lunes, 5 de enero de 2009

Dulce final

El sonido de mis pasos acelerados rebotaba contra las fachadas de los edificios de las estrechas callejuelas. El frío y la humedad se aferraban a mis huesos produciéndome dolor, pero no podía detenerme.
La sentía cada vez más cerca y el miedo aceleraba mis piernas hasta hacerlas correr. Mi mente era incapaz de entrar en funcionamiento o de dar alguna orden. Mi cuerpo solo obedecía al pánico.
Los malolientes callejones del Raval jugaban conmigo como si fuera una marioneta en un laberinto sin salida. Y ella me ganaba metros segundo a segundo.
Torcí a la derecha con la esperanza de encontrar la salida, pero la suerte me había abandonado hacía años. La desesperación se apoderó de mí al ver que había topado con un oscuro callejón sin salida. No había tiempo para volver atrás. Todo estaba perdido.
Pese a la impenetrable oscuridad, sabía que ella ya estaba allí, aguardándome. El silencioso susurrar de sus pasos me indicó que se acercaba. Olí su putrefacto aliento y comprendí que se encontraba frente a mí, cerca, muy cerca. De golpe lo vi. Estiró su gélido y huesudo dedo hacia mi pálido rostro hasta tocarme la frente con él.

La oscuridad se volvió más densa todavía, mi respiración recuperó la normalidad y una sensación de paz recorrió todo mi cuerpo. Entonces reí como hacía años que no reía. Nunca pensé que la muerte fuese tan dulce.

domingo, 4 de enero de 2009

Mi primer amor

Mi primer amor, mi único amor. Sí, sólo me he enamorado una sola vez.

Fueron meses llenos de un amor secreto, tan secreto que ni nosotras lo sabíamos. Meses de miradas, caricias, noches en vela… Ella y yo, nadie más. Todo en un silencio que desgarraba los oídos, que hacía pensar que hacíamos algo prohibido. Un silencio cada vez más intenso, más salvaje. Llegó demasiado lejos, hasta donde ella no podía soportar, así que decidió cortar por lo sano. Las miradas, las caricias, los abrazos, las cartas… todo se acabó en cuestión de horas.

Después, solo dolor. Dolía tanto que no podía respirar, me ahogaba en la desesperación de perder a mi amada por la cobardía, por la educación que a ella le habían otorgado. “Maldita sociedad de mierda y maldita cobarde” era lo único que podía decir de manera coherente. Lo demás, no tenía sentido para mí.¿Qué iba a ser de mí?

Hoy, años después, tan solo queda una cicatriz como señal de la herida. Una cicatriz que, como es normal, de vez en cuando duele y te acuerdas de cómo te la hiciste…